AMOR

Que las palabras dicen lo que dicen, no es del todo cierto; no comprendemos muchas veces que lo que encierran no se ajusta a lo que queríamos decir, a lo que pretendíamos decir, a lo que en un supuesto queríamos que se entendiese; y eso es lo que pasó cuando intentamos definir el AMOR.

-sí, sí…! Intenta definirlo

Seguro que te quedas corto, seguro que no encuentras vocablos que se ajusten a lo que sientes, porque cierto es que TÚ SI SABES LO QUE ES AMOR, otra cosa es que tengas que explicarlo ¿no?

-Yo también siento el Amor como la fuerza que impulsa mis actos más puros, que hace emerger mis deseos menos pensados y medidos, y que me expande cuando lo siento y comparto y por el contrario, me encoge y me debilita cuando carezco o no lo siento correspondido.

AMOR uno, pero aderezado con ingredientes diferentes:

El amor de pareja necesariamente tiene que llevar libertad, respeto, aceptación, compromiso y deseo y atracción.

El amor de padres obligatoriamente se debe condimentar con responsabilidad, reflexión y consecución, y mucha cantidad de paciencia y adaptabilidad.

El amor de amigos con confianza, también con espacio y libertad y con acciones que no esperen contrapartida.

El amor al prójimo básicamente se condimenta con un poquito de cada uno de los ingredientes que necesitamos para establecer los límites de lo que sentimos en el amor “enfocado” a la pareja, familia y amigos, si bien la intensidad y la manera de vivirlo son más suaves, no por ello menos comprometido y real.

Que evidentemente el amor lleva MUCHOS más ingredientes, ya lo sabemos,  pero el punto de partida para establecer LO QUE SENTIMOS Y LO QUE DESEAMOS QUE NOS CORRESPONDAN se basa en lo anteriormente expuesto…

¡Es mi opinión!- ni siquiera espero que estés de acuerdo conmigo, es más, el miércoles que viene seguiremos desgranando el concepto y las acciones que nos llevaran a exteriorizar cada uno de nosotros lo que pensamos y sentimos.

¡Con todo mi amor!