TU ERES EL ESPEJO QUE MIRO PARA MIRARME… Y YO SOY EL REFLEJO DE LO QUE TU MIRAS AUNQUE NO LO QUIERAS VER.

Maribel Genzor

18 noviembre 2013


EL PEAJE DE LO QUE UNO DESEA


Salí el viernes al mediodía tras una densa pero removedora y fascinante clase de INTELIGENCIA EMOCIONAL, en la que mis alumnos ávidos de conocimiento y descubrimiento, me instaron a modificar el organigrama y extraer de mis arcas los recuerdos emocionales más trascendentes en mi vida, para que sirvieran de referente a los que ellos empezaban a airear.

Así que, cuando me monté en el coche con dirección a Logroño, tenía una mezcla de satisfacción, hambre, movimiento emocional y esfuerzo didáctico.

No es que mi mezcla de sensaciones fuera negativa, al contrario, pero sí comprimida y un tanto desgastadora.

Cerré los ojos, y mientras el coche y Cesar se responsabilizaban de avanzar por la autopista, yo dejé que mi cuerpo y mi mente se apoderaran de lo que necesitaban… ¡descanso!

Oh!!! Ya llegué, alegría infinita de ver a mis hijos, hablar, compartir y luego dormir para enfrentar el sábado donde yo soy la alumna y el Psicodrama me envuelve, me enseña, me REQUETEMUEVE y me exige una dosis de atención importante.

MAJESTUOSOS VIVENCIALES, desde lo EXPERIENCIAL de la clase, del grupo, de las puestas en escenas. ESPACIOS vacíos donde llenamos de forma súbita y aparentemente imaginaria, las construcciones en forma de personajes, objetos y realidades subyacentes, hasta conseguir dar vida a los yo profundos y a los sentimientos y emociones más superficiales que a veces enmascaran lo casi inconsciente.

Volví a salir de esa clase, con una situación muy conocida por próxima… satisfacción, hambre, movimiento emocional y esfuerzo didáctico, pero sólo cambiaba que mi sitio había sido otro.


Ya cerca de Barcelona, en el último peaje, me asaltó que más allá del peaje real, yo pagaba otro peaje por lo que quería y deseaba hacer…

Pagaba cierta CULPA por que mi marido se diera los palizones de kilómetros conduciendo.

Pagaba el ABANDONO de mis cuidados, hierbas, horarios, alimentación.

Pagaba el CANSANCIO de cuerpo y mente.

Pagaba el ESTRÉS que pre y post Psicodrama me hacía adaptar horarios y consultas a la situación.

Pagaba la importante cifra que acompañada del signo €, debilitaban mi ECONOMIA.

Pagaba…¡un sinfín de cosas! Un peaje alto indiscutible.

Al llegar a casa, muy entrada la madrugada, descargué el neceser y sentí que debía revisarlo, ya que me encontré echando en falta alguna cosa durante el viaje, así que lo deposité encima de una silla y en ese mismo instante, sentí que lo reharía con productos nuevos, y lo limpiaría de algunos que se habían acumulado de otros viajes, y que no valía la pena esconderlo mucho porque ya en el minuto cero de mi regreso, ya QUERIA de nuevo pagar el peaje de lo conseguido;

SATISFACCION, HAMBRE DE MAS, MOVIMIENTO QUE DA VIDA, Y ESFUERZO QUE GARANTIZA LA REALIZACION Y EL AVANCE.

Seguiré pagando mi peaje particular y consensuado con César, porque bien merece la pena, sentirse LIBRE, SATISFECHA y VIVA.

 

 

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