Este escrito no sólo va para los
asistentes al encuentro del miércoles pasado, va para las muchas personas que
se obsesionan con una “IMPOSIBILIDAD”.
Estoy contigo y a veces toco el
cielo
Pero estando contigo, muchas veces
No alcanzo ni a verlo
Te quiero
Y sé que me quieres
Pero mi corazón llora y ríe,
sin entenderlo
si decido seguir a tu lado
enseguida me invade el fracaso
y si decido dejarte
el hueco que dejas es
insoportable
¿qué hago? ¿QUÉ HACEMOS?
No se pueden,
en éstos casos, esperar respuestas ajenas. Los demás nos intentarán ayudar
dándonos consejos desde su persona, pero evidentemente no son válidos porque
carecen de la esencia y autenticidad de la persona que lo vive y de sus
circunstancias. Sus intenciones pueden ser muy buenas, pero la falta de datos y
de valoración de creencias hacen imposible que un consejo bienintencionado
sirva a otro para tomar una determinación tan importante.
Las respuestas
profesionales, evidentemente, nos
acercarán mucho más a la acción correcta, pero debemos entender que la DECISION
FINAL, para ser felices, está en nosotros mismos, y que todo dependerá del
estado de aceptación, valoración y
seguridad que cada uno tenga de sí mismo.
Yo creo, desde
lo que vivo en los procesos privados, que hay tres puntos cruciales en casos de
parejas que se encuentran en ésta tesitura.
1. FORTALECERSE COMO PERSONA
2. SABER QUE CUALQUIER ACCION LLEVA UN DUELO
QUE AFRONTAR
3. ALEJARSE DE LAS REACCIONES DEL OTRO
Fortalecerse significaría saber y
concienciar ¿qué siento? ¿Qué quiero?
¿Qué estoy dispuest@ a aceptar?
Saber del duelo quiere decir que tanto
si decido romper como si decido seguir, existe un dolor que se debe sufrir. El
dolor tiene forma, si rompemos con la otra persona, la forma se llamaría, apego, soledad, hábito,
apropiación indebida, o culpabilidad. Si la decisión es la contraria,
seguir e intentar de nuevo restablecer una relación que tiene huecos, la forma
del dolor vendrá determinada por cesión,
paciencia, confianza, sabotaje a la memoria (PORQUE SE DEBERIA PARTIR DE CERO,
NUEVO, AQUÍ Y AHORA), o sueños rotos.
Alejarse de las reacciones del otro, no
es otra cosa que no permitir influencias del otro en tanto no hayamos tomado
una determinación desde nosotros mismos. Si nos dejamos influenciar tarde o
temprano pasaremos factura de lo que no nació de nuestra propia y absoluta
decisión. Una tan importante acción que hace romper o seguir con otra persona,
sólo puede nacer y existir desde nuestro MAS PROFUNDO Y AUTENTICO DESEO DE
HACERLO.
Yo sé que hay
dos personas maravillosas que se sentirán identificadas con éste escrito…
¡VA POR ELLAS,
CON AMOR!
No hay comentarios:
Publicar un comentario