TU ERES EL ESPEJO QUE MIRO PARA MIRARME… Y YO SOY EL REFLEJO DE LO QUE TU MIRAS AUNQUE NO LO QUIERAS VER.

Maribel Genzor

29 marzo 2013


¿Du llu espic ingliss?
 
 Esto es la carta que escribió una señora al programa de Luis del Olmo para que la leyeran en directo: ‘Desde que las insignias se llaman pins, los homosexuales  gays, las comidas frías lunchs, y los repartos de cine castings, este país no es el mismo: ahora es mucho, muchísimo más moderno. Antaño los niños leían tebeos en vez de comics, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business, y los obreros, tan ordinarios ellos, sacaban la fiambrera al mediodía en vez del tupper-ware.


Yo, en el colegio, hice aerobic muchas veces, pero, tonta de MÍ, creía que hacía gimnasia. Nadie es realmente moderno si no dice cada día cien palabras en inglés. Las cosas, en otro idioma, nos suenan mucho mejor. Evidentemente, no es lo mismo decir bacon que panceta, aunque tengan la misma grasa, ni vestíbulo que hall, ni inconveniente que handicap...Desde ese punto de vista, los españoles somos modernísimos. Ya no decimos bizcocho, sino plum-cake, ni tenemos sentimientos, sino feelings. Sacamos tickets, compramos compacs, comemos sandwiches, vamos al pub, practicamos el rappel y el raffting , en lugar de acampar hacemos camping y, cuando vienen los fríos, nos limpiamos los mocos con Kleenex.


Esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y han mejorado mucho nuestro aspecto. Las mujeres no usan medias, sino panties y los hombres no utilizan calzoncillos, sino slips, y después de afeitarse se echan after shave, que deja la cara mucho más fresca que el tónico. El español moderno ya no corre, porque correr es de cobardes, pero hace footing; no estudia, pero hace masters y nunca consigue aparcar pero siempre encuentra un parking. El mercado ahora es el marketing; el autoservicio, el self-service; el escalafón, el ranking y el representante, el manager. Los importantes son vips, los auriculares son walkman, los puestos de venta son stands, los ejecutivos son yuppies, las niñeras son baby-sitters, y hasta nannies, cuando el hablante moderno es, además, un pijo irredento. En la oficina, el jefe esta siempre en meetings o brain storms, casi siempre con la public-relations, mientras la assistant envía mailings y organiza trainings; luego se irá al gimnasio a hacer gim-jazz, y se encontrará con todas las de la jet, que vienen de hacerse liftings, y con alguna top-model amante del yoghurt light y el body-fitness.


El arcaico aperitivo ha dado paso a los cocktails, donde se hartan a bitter y a roast-beef que, aunque parezca lo mismo, engorda mucho menos que la carne.

 
 Ustedes, sin ir más lejos trabajan en un magazine, no en un programa. En la tele, el presentador dice varias veces la palabra O.K. Y bailar como un trompo por el escenario se llama show, bien distinto, como saben ustedes, del anticuado espectáculo; si el show es heavy es que contiene carnaza y si es reality parece el difunto diario El Caso, pero en moderno. Entre medias, por supuesto, ya no ponen anuncios, sino spots que, aparte de ser mejores, te permiten hacer zapping. Estas cosas enriquecen mucho. Para ser ricos del todo, y quitarnos el complejo  tercermundista que tuvimos en otros tiempos, solo nos queda decir con acento Americano la única palabra que el español ha exportado al mundo: la  palabra “SIESTA”.
 
Espero que os haya gustado...

 

23 marzo 2013



SERES ESPECIALES: ANDRES PASCUAL

Recuerdo que cuando tuve necesidad de un abogado en Logroño, me hablaron de dos o tres, y a voleo elegí uno y le pedí hora para explicarle el problema que tenía…

¡que desastroso resultó! No porque yo cuestionara su profesionalidad, pero no me entendía en lo que le decía.

De nuevo al “pito, pito” pedí hora con el segundo que me recomendaron, y recuerdo como si estuviera pasando ahora mismo, que cuando su secretaria me abrió la puerta de su despacho y lo miré, sentí… ¡este síiiii!

Y así conocí a Andrés Pascual.

Resolvimos los problemas juntos, nos unieron los lógicos vínculos de cliente-profesional, pero siempre había huecos para compartir,  “escenas” de otro tipo… sus viajes,  mis estudios, su grupo musical, mis inquietudes, mis necesidades, sus descubrimientos…, y así tejimos una fina tela de araña de sana admiración y afectividad.

Siempre admiraba como un abogado con tanto talento, compartía su profesión con un grupo de música  heavy metal del tipo “Metallica”, y a su vez en nuestras conversaciones dejaba patente una férrea convicción de espiritualidad apenas verbalizada pero sí proyectada y sentida.

Hoy asistí a la presentación de su cuarto libro

 El sol brilla por la noche en Cachemira

Y cuando he entrado en el recinto, y ha parado su presentación para saludarme y decir a los asistentes “una amiga de…casi toda la vida”, aparte de sonrojarme un poquito, ha brillado el sol para mí en Barcelona.

Hay algo más.

Algo que no ha salido de mi cabeza y que llama poderosamente mi atención.

Es ese Sol.

Un sol que brilla en mitad de la noche.

Estampado, como una moneda de oro recién acuñada, en el cielo negro.

Nunca he visto nada igual…

Te doy a tomar tu propias palabras estampadas en el libro, cual moneda que paga cariño por cariño, admiración por admiración y reconocimiento por reconocimiento.

 

15 marzo 2013

AGUA Y SOL
LLUVIA Y CALOR

Semana donde la lluvia y el gris nos envolvió al principio, y radiante luz y sol primaveral a finales de la misma.
¡así he estado yo!, compartiendo las gotas de agua derramadas por ex-esposas que no superan las separaciones, con padres que impactados no entienden que hacen y porque hacen lo que hacen sus hijos, por chicos y chicas que grises no comprenden porque no tienen inquietudes ni alicientes; y tambien, afortunadamente,  con personas que irradian luz y calor por comprender lo que les estaba ocurriendo, o por chicos y chicas que están logrando salir de adicciones que les tenían en la oscuridad sumergidos, y por parejas que tras someterse a mi programa del "pito" empiezan a descubrirse desde la tranquilidad y la empatía, y sobre todo compartiendo con familias completas el esplendor de la harmonía, avanzando desde los programas de coaching familiar.
 
Semana de luces y sombras, elevando gritos de s.o.s. y a su vez de alegría sin precedentes, saboreando los recursos a disposición de la ayuda y las limitaciones limadas por los logros de los que se acercan a mi consulta.
 
Ayer, sin ir más lejos, hablamos en el Coaching de Vida con el dolor...
le pusimos forma,
le pusimos color,
le pusimos textura,
le pusimos olor y sabor,
le pusimos peso y finalmente
le pusimos nombre,
y cuando estaba totalmente identificado, lo presentamos a los demás, y pudimos tirarlo a la papelera para hacerlo desaparecer de nuestra vida.
Y ahí tambien apareció la lluvia y el sol, con la única diferencia que el agua derramada no aportaba vida, sino ligereza y que el sol o luz que tambien apareció, no florecía en la tierra, sino en nuestro YO INTERIOR.
 
Semana donde la lluvia y el sol, cumplieron sus funciones, aunque en determinados momentos nos hicieran sentir molestos.
 
 

02 marzo 2013

Me viene a la cabeza, tras el pensamiento del último encuentro, que nuestras limitaciones nos centran en el pesimismo y que la forma y el color de las cosas nos ciegan y no vemos más allá...
Mamerto Monapace, escribe cuentos con mensaje y el que ha continuación reproduzco, un poco alterado para comprenderlo mejor, nos da grandes mensajes que he subrayado para focalizar el fondo de lo que dice:
 
El vendedor de globos



Había una vez  una gran fiesta en un pueblo. Toda la gente
había dejado sus trabajos y ocupaciones de cada día para reunirse en
la plaza principal, en donde estaban los juegos y los puestos de
chucherías y demás bagatelas que una pudiera imaginarse.
Los niños eran quienes gozaban con aquellos festejos
populares. Había venido de lejos todo un circo, con payasos y
equilibristas, con animales amaestrados y domadores que les hacían
hacer pruebas y cabriolas. También se habían acercado hasta el pueblo toda clase de vendedores, que ofrecían golosinas, alimentos y
juguetes para que los chicos gastaran allí su dinero que sus padres o padrinos les habían regalado con objeto de sus cumpleaños, o
pagándoles trabajitos extras.
Entre todas estas personas había un vendedor de globos. Los tenía de
todos los colores y formas. Había algunos que se distinguían por su
tamaño. Otros eran bonitos porque imitaban a algún animal conocido, o extraño. Grandes, chicos, vistosos o raros, todos los globos eran
originales y ninguno se parecía al otro. Sin embargo, eran pocas las
personas que se acercaban a mirarlos, y menos aún los que pedían para comprar algunos.
Pero se trataba de un gran vendedor. Por eso, en un momento en que
toda la gente estaba ocupada en curiosear y detenerse, hizo algo
extraño. Tomó uno de sus mejores globos y lo soltó. Como estaba lleno de aire muy liviano, el globo comenzó a elevarse rápidamente y pronto estuvo por encima de todo lo que había en la plaza. El cielo estaba clarito, y el sol radiante de la mañana iluminaba aquel globo que trepaba y trepaba, rumbo hacia el cielo, empujado lentamente hacia el oeste por el viento quieto de aquella hora. El primer niño gritó:
-¡Mira mamá un globo!
Inmediatamente fueron varios más que lo vieron y lo señalaron a sus
niños o a sus más cercanos. Para entonces, el vendedor ya había
soltado un nuevo globo de otro color y tamaño mucho más grande. Esto
hizo que prácticamente todo el mundo dejara de mirar lo que estaba
haciendo, y se pusiera a contemplar aquel sencillo y magnífico
espectáculo de ver como un globo perseguía al otro en su subida al
cielo.
Para completar la cosa, el vendedor soltó dos globos con los mejores
colores que tenía, pero atados juntos. Con esto consiguió que un
grupito de niños pequeños lo rodeara, y pidiera a gritos que su papá o su mamá le comprara un globo como aquellos que estaban subiendo y subiendo. Al gastar gratuitamente algunos de sus mejores globos,
consiguió que la gente le valorara todos los que aún le quedaban, y
que eran muchos.
Porque realmente tenía globos de todas formas,
tamaños y colores. En poco tiempo ya eran muchísimos los niños que se paseaban con ellos, y hasta había alguno que imitando lo que viera, había dejado que el suyo trepara en libertad por el aire.
Había allí cerca un niño negro, que con dos lagrimones en los ojos,
miraba con tristeza todo aquello. Parecía como si una profunda angustia
se hubiera apoderado de él. El vendedor, que era un buen hombre, se
dio cuenta de ello y llamándole le ofreció un globo. El pequeño movió la cabeza negativamente, y se rehusó a tomarlo.
-Te lo regalo, pequeño-le dijo el hombre con cariño, insistiéndole
para que lo cogiera.
Pero el niño negro, de pelo corto y ensortijado, con dos grandes ojos tristes, hizo nuevamente un ademán negativo rehusando aceptar lo que se le estaba ofreciendo. Extrañado el buen hombre le preguntó al pequeño que era entonces lo que lo entristecía. Y el negrito le
contestó, en forma de pregunta:
-Señor, si usted suelta ese globo negro que tiene ahí ¿podrá  subir
tan alto como los otros globos de colores?
Entonces el vendedor entendió. Tomó un hermoso globo negro, que nadie había comprado, y desatándolo se lo entregó al pequeño, mientras le decía:-Haz tu mismo la prueba. Suéltalo y verás como también tu globo sube igual que todos los demás.
Con ansiedad y esperanza, el negrito soltó lo que había recibido, y
su alegría fue inmensa al ver que también el suyo trepaba velozmente
lo mismo que habían hecho los demás globos. Se puso a bailar, a
palmotear, a reírse de puro contento y felicidad.
Entonces el vendedor, mirándolo a los ojos y acariciando su cabecita
 le dijo con cariño:
-Mira pequeño, lo que hace subir a los globos no es la forma ni el
color, sino lo que tiene adentro.