¡ME
DUELE EL ESTOMAGO Y NO SE POR QUE!
1
sesión de coaching identificativo
-
¿Qué
tal vas con el estómago?
-
¡no
puedo soportarlo, he pasado una semana rabiosa!
-
Explícame
cómo ha sido tu semana…
-
Bueno,
trabajo, estudios, casa, ¡lo normal!, no ha habido nada extraordinario.
-
¿Lo
extraordinario ha sido tu dolor de estómago?
-
Sí,
la verdad es que sí. Cuando me levanto parece que está bien, pero supongo que
el estrés, el cansancio, hace que empiece a dolerme, pero sobre todo cuando
llego a la noche a casa, ¡uf es horrible!
-
¿Qué
haces al llegar a casa?
-
¡nada!,
no tengo nada que hacer, no tengo a nadie con quien hablar, no me apetece ver
la tele, la verdad Maribel, desde que he cortado con Jaime, estoy muy sola, y
eso me duele.
-
¡No
llores, no tiene sentido que llores! cuando te dejó, decidiste que era lo mejor. Cortar esa relación que no te atrevías a
acabar te dejaría tranquila del maltrato que estabas sufriendo.
-
¡Ya,
pero…!
-
¿Qué
sueles cenar?
-
Poca
cosa, como me duele tanto, pues un yogurt, o un poco de ensalada.
-
Recuerda
¿Cuándo ha sido la época peor de tu dolor de estómago que dices que desde
siempre te duele.
-
¡no
sé…! ¡sí vale, cuando me dejó Luis! Lo cierto es que coincidió que sufrí
durante mucho tiempo del estómago.
-
Si
nos alejamos del presente, y te concentras en tu adolescencia… ¿recuerdas si tuviste
dolor de estómago?
-
¡no
sé…! , no lo recuerdo la verdad
-
No
te preocupes, dime ¿qué te calma tu horrible dolor?
-
Perdona,
me viene a la mente que cuando tenía más o menos 8 años, mi madre me tuvo que
llevar al médico porque me dolía mucho la tripa… ¡es más! Me tuvieron que hacer
muchas pruebas, que me llevaba mi vecina porque mi madre trabajaba y no podía
acompañarme.
-
¿cómo
recuerdas esa etapa?
Llora,
llora y llora. No hay consuelo para la coachee (cliente).
La
dejo llorar en un absoluto silencio.
Al
cabo de un rato, me mira fijamente a los ojos, inclina su cabeza, la balancea
acompasadamente, penetra en mi mirada como si quisiera hablarme desde las “no
palabras” y con gemidos entrecortados me dice…
-
¡me
abandono mi padre!
…
ahí se abrió la conciencia de la carga emocional a la que está sujeta…
…ahí
se conciencia de que el dolor de estómago apareció a raíz de su sentimiento de
abandono…
…
AHÍ RELACIONA QUE CADA VEZ QUE UNA RELACION SE ACABA, ELLA SE SIENTE
ABANDONADA, SOLA, Y REPITE EL PATRON DE
LA SOMATIZACION…
-
Quedamos
para la semana que viene, pero antes ¿me das tu dolor de estómago? ¡lo voy a
tirar a la basura!
-
¡uf…!
-
¡dame
un beso!
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